Entrenamiento intenso ayuda a sarcopenia
(Morcillo-Loza JA et al. J. Clin. Med. doi.org/10.3390/jcm13051299)
La sarcopenia, afecta la salud de manera significativa particularmente a personas de edad avanzada, se caracteriza por pérdida muscular con disminución de fuerza, poder y resistencia, con profundos efectos negativos en la salud, con menor calidad de vida, independencia y movilidad, aumenta pérdida ósea hasta osteoporosis, con incremento de riesgo de fracturas, alteraciones metabólicas y enfermedades crónico degenerativas como diabetes y cardiovasculares.
Las medidas preventivas incluyen hábitos adecuados, con nutrición buena y ejercicio de fuerza.
El ejercicio de intensidad alta ha ganado gran popularidad en los últimos años, y se define con alcance de 80-85% de frecuencia cardíaca máxima durante segundos a 4 minutos, con períodos de recuperación de 1 a 5 minutos de ejercicio de baja intensidad. Hay estudios con individuos de 70 años y más, pero son escasos en la 9ª década de la vida y mayores. El ejercicio intenso es seguro y efectivo aún en personas con diabetes y problemas cardiovasculares. Este ejercicio se asocia a beneficios en fuerza y tamaño muscular, con ganancia de 11% de área muscular, 34% de fibras tipo I y 28% en fibras tipo II, disminuye grasa corporal y aumenta densidad mineral ósea y consumo de oxígeno, optimiza la captura y utilización de glucosa.
El ejercicio de intensidad alta, secreta catecolaminas que también contribuyen a mantener resistencia y capacidad para ejercicio, lo que ocurre con repeticiones de ejercicio intenso. A pesar de hacerlo en períodos cortos, hay mejoría cardiovascular y aumenta actividad de enzimas mitocondriales (citocromo oxidasa y citato sintasa).
Los autores realizaron revisión sistemática en bases de datos electrónicas e identificaron 224 estudios; de ellos, incluyeron 5 para la presente revisión, de adecuado nivel de evidencia y sin sesgos importantes. Se concluyó la eficacia o mejoría en capacidad funcional, respiratoria de 11.2% a 16 semanas, ganancia en composición corporal y de mayor significancia a mayor intensidad, con mejoría en aspectos fisiológicos cardiovasculares, neuromusculares, etc.
El ejercicio intenso sobre-regula 22 genes mitocondriales, los que resultan en la ganancia en abundancia de proteínas, induce crecimiento muscular, previene atrofia esquelética y mejora locomoción; adicionalmente reduce grasa sanguínea y hepática.
La heterogeneidad es
característica en las personas de edad, con co-morbilidades, estado de salud y
estilos de vida que modifican los resultados positivos.
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