Pasarnos de copas en alguna ocasión por esta época del año
(Hopkins Legaspi C. Nov 28,
2025. New York Times)
Las autoridades federales de salud definen el consumo excesivo de alcohol como cuatro o más copas bebidas en una ocasión para las mujeres, y cinco o más para los hombres.
Al consumir alcohol, el metabolismo produce la sustancia tóxica llamada acetaldehído, que puede dañar el ADN en todo el cuerpo, incluso en la boca, la garganta, el hígado, el colon y los senos; pueden surgir mutaciones cancerígenas, lo que aumenta el riesgo de por lo menos siete tipos de cáncer.
Los atracones de alcohol ocasionales pueden conllevar peligros más inmediatos, entre ellos una afección que se vuelve más frecuente durante las fiestas de invierno llamada síndrome del corazón festivo, con arritmias diversas hasta fibrilación auricular, con aumento de riesgo de accidente cerebrovascular o insuficiencia cardiaca, especialmente en adultos mayores de 65 años o con hipertensión arterial. La mayoría de las personas que desarrollan el síndrome del corazón festivo se recuperan en 24 horas después de presentar los síntomas, pero ante la persistencia de sensación de palpitaciones, dolor en el pecho o mareos, hay que acudir a una sala de emergencias.
Hay atenuantes ante la posibilidad de que la persona pudiera someterse a ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, como el comer e hidratarse previamente.
Un café expreso después de cenar puede hacer que aumente la sensación de alerta, pero no mejorará las habilidades motoras o el juicio, ni hará que sea seguro conducir.
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