viernes, 20 de marzo de 2015

Enfermedades transmitidas por alimentos



Enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA)

Las ETA constituyen un serio problema de salud pública y por ello es muy importante conocer las principales bacterias causales de las mismas y los alimentos potencialmente fuente de estas infecciones.

Según estudios consultados y publicados por los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos a fines del 2010 alrededor de 48 millones se enferman, 128.000 son hospitalizados y 3.000 mueren cada año en ese país, debido a ETAs.

Los estudios también indican que el 90 por ciento de estas enfermedades son causadas por Salmonella, norovirus, Campylobactes, Toxoplasma, E. coli 0157, Listeria y Clostridium perfringens.  

En América Latina las ETAs representan alrededor del 70 % de los casos de enfermedad diarreica aguda, según estimaciones de la OMS.

Dentro de las gastroenteritis infecciosas, un conjunto importante se debe al consumo
de agua contaminada con agentes diarreogénicos que se originan generalmente cuando las lluvias arrastran materias fecales de personas enfermas o animales portadores a las fuentes de agua que abastecen a las poblaciones. La principal enfermedad diarreica transmitida por el agua es el cólera que cuando no se controla rápidamente puede causar la muerte o resultar en una sobresaturación de la capacidad de respuesta de los servicios sociales.


La distribución de los casos de diarrea se asocia con factores económicos y sociales
así como con el saneamiento ambiental, íntimamente relacionados con la pobreza,
el analfabetismo y la desnutrición crónica. La presencia de una población emigrante
significativa, como el caso de las personas que utilizan a Guatemala como lugar de paso
hacia México o los Estados Unidos de América contribuye a acentuar la demanda sobre
servicios públicos precarios.

En muchos países se desconoce la incidencia exacta de las ETAs, debido por un lado a limitaciones de los servicios de información epidemiológica y a las dificultades por parte de los laboratorios para identificar los patógenos causales.   Y, en lugares como Guatemala a la falta de insumos en los laboratorios y al poco apoyo en la investigación.

En Guatemala, un lugar donde se acostumbra mucho comer en ventas callejeras, las cuales con sólo verlas tienen un alto grado de contaminación,  no tenemos estudios que nos definan con exactitud la etiología de éstas, sin embargo hemos podido encontrar un estudio, que en su introducción dice:

Los registros epidemiológicos del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de Guatemala se limitan principalmente a la incidencia de las diarreas sin detallar el agente etiológico ni el alimento implicado en la transmisión de la enfermedad. Las diarreas son el segundo problema en importancia como causa de muerte entre lactantes y niños, después de la neumonía. Igualmente está en la segunda posición entre las enfermedades infecciosas, después de las infecciones respiratorias agudas. Varios estudios hechos en la población han identificado los agentes relacionados con los brotes de diarrea. La mayoría de los estudios han enfocado el problema de la contaminación del agua. Se han logrado identificar agentes como notovirus y rotavirus sí como Cryptosporidium parvum, Giardia intestinalis y Escherichia colienterotoxigénica (Estudio de caso – Enfermedades Transmitidas por Alimentos en Guatemala- Sheryl Schneider, Guatemala Consultor FAO-)

A la fecha hay más de 250 enfermedades descritas trasmitidas por alimentos, causadas por bacterias, virus y parásitos, de los cuáles la FDA señala principalmente a cuatro:

-        Salmonella

-        Escherichia coli 0157 (E. coli o157)

-        Listeria monocytogenes

-        Campylobacter

Siendo las principales fuentes de contagio:

Salmonella

-        Verduras con semilla:   18 %

-        Fruta: 12 %

-        Huevos: 12 %

-        Pollo: 10 %

-        Carne de res 9 %

-        Carne de puerco: 8 %

E coli

-        Carne de res 46 %

-        Vegetales cultivados: 36 %


Listeria

-        Fruta 50 %

-        Lácteos: 31 %

Campylobacter

-        Lácteos: 66 %

-        Pollo: 8 %

Llama la atención que el patógeno reportado como más frecuente es las dos revisiones es Salmonella y que las fuentes posibles de contagio sean más variadas.

Por lo que debemos de permanecer vigilantes de la cadena desde la producción, almacenamiento, compra y preparación para evitar tener problemas de ETA.

Bibliografía:
-U.S. Center for Disease Control and Prevention, news release, Feb. 24, 2015
- Enfermedades transmitidas por alimentos. Informe de la Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad de Buenos Aires (Marzo 2011).

 

lunes, 2 de marzo de 2015

AINES, riesgo cardiovascular y sangrado


El uso de AINES es una de las más frecuentes prácticas en medicina para alivio del dolor, especialmente en los pacientes con enfermedades reumáticas y en el paciente Geriátrico, es muy frecuente la prescripción de los mismos en OA, por lo que conviene leer este artículo, para tomar adecuadas decisiones.

Original Investigation | February 24, 2015

Association of NSAID Use With Risk of Bleeding and Cardiovascular Events in Patients Receiving Antithrombotic Therapy After Myocardial Infarction

Anne-Marie Schjerning Olsen, MD, PhD1; Gunnar H. Gislason, MD, PhD1,2; Patricia McGettigan, MD3; Emil Fosbøl, MD, PhD4; Rikke Sørensen, MD, PhD1; Morten Lock Hansen, MD, PhD1; Lars Køber, MD, DMSc4; Christian Torp-Pedersen, MD, DMSc5; Morten Lamberts, MD, PhD1

JAMA. 2015;313(8):805-814. doi:10.1001/jama.2015.0809.

ABSTRACT


Importance  Antithrombotic treatment is indicated for use in patients after myocardial infarction (MI); however, concomitant use of nonsteroidal anti-inflammatory drugs (NSAIDs) could pose safety concerns.

Objective  To examine the risk of bleeding and cardiovascular events among patients with prior MI taking antithrombotic drugs and for whom NSAID therapy was then prescribed.

Design, Setting, and Participants  Using nationwide administrative registries in Denmark (2002-2011), we studied patients 30 years or older admitted with first-time MI and alive 30 days after discharge. Subsequent treatment with aspirin, clopidogrel, or oral anticoagulants and their combinations, as well as ongoing concomitant NSAID use, was determined.

Exposures  Use of NSAIDs with ongoing antithrombotic treatment after first-time MI.

Main Outcomes and Measures  Risk of bleeding (requiring hospitalization) or a composite cardiovascular outcome (cardiovascular death, nonfatal recurrent MI, and stroke) according to ongoing NSAID and antithrombotic therapy, calculated using adjusted time-dependent Cox regression models.

Results  We included 61 971 patients (mean age, 67.7 [SD, 13.6] years; 63% men); of these, 34% filled at least 1 NSAID prescription. The number of deaths during a median follow-up of 3.5 years was 18 105 (29.2%). A total of 5288 bleeding events (8.5%) and 18 568 cardiovascular events (30.0%) occurred. The crude incidence rates of bleeding (events per 100 person-years) were 4.2 (95% CI, 3.8-4.6) with concomitant NSAID treatment and 2.2 (95% CI, 2.1-2.3) without NSAID treatment, whereas the rates of cardiovascular events were 11.2 (95% CI, 10.5-11.9) and 8.3 (95% CI, 8.2-8.4). The multivariate-adjusted Cox regression analysis found increased risk of bleeding with NSAID treatment compared with no NSAID treatment (hazard ratio, 2.02 [95% CI, 1.81-2.26]), and the cardiovascular risk was also increased (hazard ratio, 1.40 [95% CI, 1.30-1.49]). An increased risk of bleeding and cardiovascular events was evident with concomitant use of NSAIDs, regardless of antithrombotic treatment, types of NSAIDs, or duration of use.

Conclusions and Relevance  Among patients receiving antithrombotic therapy after MI, the use of NSAIDs was associated with increased risk of bleeding and excess thrombotic events, even after short-term treatment. More research is needed to confirm these findings; however, physicians should exercise appropriate caution when prescribing NSAIDs for patients who have recently experienced MI.