jueves, 19 de diciembre de 2013

Cuento de Navidad

SANTA CLOS
Sergio Castañeda Cerezo

          En una de las rutinarias sesiones en el cielo, estando presentes, toda la Junta Directiva, integrada por Tata Chus, todos los Santos, los Ángeles, las Hadas Madrinas, los Santa Closes y toda la burocracia celestial, ocurrió que a una descuidada Hada Madrina, se le disparó su varita mágica hacia atrás y le pegó de golpe en el cerebro del Santa Clos de Guatemala, y a partir de ese momento, éste comenzó a descontrolar la habitual calma del cielo.
          En todas las reuniones, nada le parecía bien, creía que el sistema no era el correcto y continuamente interrumpía las sesiones con opiniones nunca antes oídas y fuera del orden establecido.  Así, fue llamado al orden y fue puesto en tratamiento con el Psiquiatra Celestial, a quien le pareció  un reto el caso, ya que era el primero que se presentaba desde la creación.
          Por supuesto el Psiquiatra falló en el intento de adecuar su conducta. Y, como era un primer caso y no había terapia establecida, lo público en el Journal del cielo y lo llamó “psicosis del Trabajo Celestial” y recomendó retiro temporal del mismo y aislamiento en el purgatorio.
          Habiendo muchos reportes pendientes y siendo la burocracia tan grande, la suspensión no fue vista por el Jefe, en vista de lo cual, el Santa siguió trabajando.
          Así corrió el tiempo y se llegó la Navidad y, sin percatarse de ello, al Santa rebelde le fue dado su trineo, sus renos y sus regalos, y partió a hacer su trabajo, mismo que lo tenia realmente molesto, porque sabia de antemano, como lo había denunciado tantas veces, que solo habría regalos para los ricos, los que no necesitaban nada… así que, decidió ahora hacer las cosas al revés, le dio los regalos  a los pobres, y a los otros le llevó café, pan, maíz y frijol.
          -Ya se imaginaba el escándalo terrenal que armó-
          Los papás ricos comenzaron a pedir a los curatos, misas urgentes, para que se estableciera el orden y también hubo peregrinaciones a tierras santas y limosnas copiosas.
          Por supuesto que el revuelo que este causó en el Cielo fue mayúsculo, y de aquí se despachó, con carácter de urgente, dirigidos por atrás de la oligarquía nacional, al cuerpo de Seguridad del Orden Celestial, a aprehender de inmediato al subvertor del orden, con la inmediata suspensión de sus funciones.
          Fue llevado al Tribunal de Fuero Especial y, como no lograron que cambiara su manera de pensar, se tomó de inmediato la orden de eliminarlo y volver al sistema, al orden establecido.
          Se nombró de inmediato a otro Santa Clos, uno de los que estaban en entrenamiento intensivo, para sustituir a los que se jubilaban, y éste, diligente como era, en la próxima navidad, en contubernio con la Doña Merry Crismas, les entregó a los niños ricos sus regalos y, como castigo a los pobres, por haber recibido regalos que no les correspondían, no les llevó ni frijol, ni maíz, ni pan, ni café…







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