martes, 20 de noviembre de 2012

Cómo evaluar un deportista

Entre el 5 y el 7 de octubre de 2012 se desarrolló el XXXVIII Congreso Argentino de Cardiología organizado por la Sociedad Argentina de Cardiología y me parece muy oportuno publicar la exposición del Dr. Roberto Peidró, ya que es muy ilustrativa de lo que debemos de hacer al evaluar a una persona que desea hacer deporte, ya sea de alto nivel o no de alto nivel.


¿Cómo evaluamos y cuándo negamos un apto deportivo?

Dr. Roberto Peidró

“La complejidad en la selección de la mejor manera de evaluar a un deportista en un examen pre-competitivo –señaló el Dr. Roberto Peidró- ha generado largas discusiones en todos los foros nacionales e internacionales. Sólo en el último año se han publicado múltiples opiniones, consensos e investigaciones sobre esta interesante temática. Tales discusiones surgen a partir de dictaminar un costo/beneficio adecuado para los exámenes previstos y del conocimiento de las modificaciones que el entrenamiento sistemático provoca en el corazón del deportista, lo que puede llevar a la detección de variables “confundidoras” en el examen físico, en el electrocardiograma y, aún, en un ecocardiograma o en una resonancia magnética.

Una publicación de 2006 de De Noronna S et al. demostró que el 80% de los casos seguidos (118 atletas que presentaron una Muerte Súbita) no tenía síntomas sugerentes ni historia familiar. “En Estados Unidos de Norteamérica –afirmó el Dr. Peidró- el examen pre-participativo no es obligatorio en jóvenes deportistas competitivos. Se recomienda aplicar el cuestionario diseñado por la AHA y, ante respuestas negativas sobre antecedentes familiares y personales, el deportista es liberado para la práctica de cualquier deporte.” Relató que la Sociedad Europea de Cardiología, por su parte, basada en los estudios realizados en Italia a partir de la aplicación de la ley nacional sobre evaluación pre-competitiva, recomienda la realización de una historia clínica pormenorizada y un electrocardiograma de reposo como exámenes del primer nivel de evaluación.

“La Sociedad Argentina de Cardiología ha adoptado el concepto europeo y recomienda la evaluación a través de un interrogatorio sobre antecedentes, examen físico cardiovascular completo y electrocardiograma de reposo. En grupos especiales creemos que deben realizarse otros estudios en el primer nivel. Tal los casos del ecocardiograma en jóvenes atletas entre 16 y 17 años (probabilidad de expresión fenotípica de miocardiopatía hipertrófica) y de una prueba ergométrica en deportistas mayores de 40 años (o de 35 años si tienen factores de riesgo) ya que la enfermedad coronaria es la causa de muerte súbita más frecuente en este grupo etario.”

Pero sucede que una gran proporción de deportistas compite sin tener un entrenamiento adecuado. Son los deportistas “ocasionalmente competitivos” que podrían tener un riesgo igual o mayor a los primeros. Deberían ser diferenciados de los deportistas “de tiempo libre”, que participan por placer sin estrés físico o mental importantes. Surge la conclusión que un chequeo más completo “sólo” para atletas de alto nivel no parece ser la conducta más apropiada.

Finalmente una situación que requiere una atención diferencial es la del deportista en el que se detectó una cardiopatía. “Creemos –sostuvo el especialista- que el médico no debería prohibir sino aconsejar sobre las formas de incorporarse a las actividades físicas más adecuadas y con menor riesgo para esa persona. La mayor parte de los deportistas con cardiopatía detectada, tratada o no según indicación, puede participar en deportes recreativos, y en muchos casos competitivos, acordes a la situación personal y severidad del hallazgo.”



No hay comentarios: