miércoles, 15 de agosto de 2012

Actividad física, función y longevidad en Adultos muy Mayores

Physical Activity, Function, and Longevity Among the Very Old

Jochanan Stessman J. et al.
Arch Intern Med. 2009;169(16):1476-1483.

Background
Recommendations encouraging physical activity (PA) set no upper age limit, yet evidence supporting the benefits of PA among the very old is sparse. We examined the effects of continuing, increasing, or decreasing PA levels on survival, function, and health status among the very old.

Methods
Mortality data from ages 70 to 88 years and health, comorbidity, and functional status at ages 70, 78, and 85 years were assessed through the Jerusalem Longitudinal Cohort Study (1990-2008). A representative sample of 1861 people born in 1920 and 1921 enrolled in this prospective study, resulting in 17 109 person-years of follow-up for all-cause mortality.

Results
Among physically active vs sedentary participants, respectively, at age 70, the 8-year mortality was 15.2% vs 27.2% (P < .001); at age 78, the 8-year mortality was 26.1% vs 40.8% (P <.001); and at age 85 years, the 3-year mortality was 6.8% vs 24.4% (P < .001). In Cox proportional-hazards models adjusting for mortality risk factors, lower mortality was associated with PA level at ages 70 (hazard ratio, 0.61; 95% confidence interval, 0.38-0.96), 78 (0.69; 0.48-0.98), and 85 (0.42; 0.25-0.68). A significant survival benefit was associated with initiating PA between ages 70 and 78 years (P = .04) and ages 78 and 85 years (P < .001). Participation in higher levels of PA, compared with being sedentary, did not show a dose-dependent association with mortality. The PA level at age 78 was associated with remaining independent while performing activities of daily living at age 85 (odds ratio, 1.92; 95% confidence interval, 1.11-3.33).

Conclusions
Among the very old, not only continuing but also initiating PA was associated with better survival and function. This finding supports the encouragement of PA into advanced old age.

Mi comentario
Las conclusiones del estudio “Jerusalem Longitudinal Cohort Study”, indican que, a pesar de la creciente tasa de comorbilidades, incremento de la fragilidad y dependencia en la población adulta mayor, el hecho de continuar o bien iniciar actividades que los mantenga físicamente activos aumenta la calidad (permanecer funcionalmente independiente) y cantidad (expectativa) de vida. Lo que evidencia que las consecuencias clínicas son muy importantes. Y, en éste grupo etario, en rápido crecimiento, aún en países de América Latina, con sus diferencias de crecimiento demográfico, es prioritario asumir una posición activa sobre las medidas de salud pública y preventiva y dentro de las medidas más baratas y eficientes, encontramos al ejercicio físico. Por otro lado las contraindicaciones de hacer ejercicio en el AM son claramente muy limitadas y especificas y entre ellas tenemos:

Contraindicaciones del Ejercicio Físico en la Tercera Edad

La edad no es contraindicación de ningún ejercicio físico, aunque hay situaciones que se debe tomar en cuenta.

1. Contraindicaciones absolutas permanentes
No todos los ancianos poseen la misma resistencia física, por lo tanto no todos pueden realizar las mismas actividades
1.1. Enfermedades incurables: neoplasias, insuficiencia cardíaca descompensada, aneurisma ventricular, bloqueo aurículo-ventricular completo. Arritmias malignas. Insuficiencia renal crónica, insuficiencia respiratoria, hipertensión pulmonar, insuficiencia suprarrenal, hernias grandes no operables, epilepsia no controlada. Angina de pecho

2. Contraindicaciones absolutas temporales
2.1. Infecciones: tuberculosis en fase activa, hepatitis viral, fiebre reumática aguda.
2.2. Cardíacas: infarto agudo de miocardio en los 3 primeros meses, angina de pecho inestable, miocarditis, miocardiopatías, endocarditis infecciosa.
2.3. Otras: litiasis biliar y urinaria, hernias no operadas.
2.4. Traumáticas: toda lesión que exija inmovilización y una posterior rehabilitación.

3. Contraindicaciones relativas permanentes
3.1. Diabetes, hiperlipidemias, obesidad: reducir su actividad moderando la actividad.

4. Se aconseja actividad física pero de intensidad menor.
4.1. Hipertensión arterial: contraindicados solo los ejercicios isométricos.

5. Contraindicaciones relativas temporales
5.1. Procesos infecciosos banales: catarro, gripe, proceso viral.
5.2. Enfermedades inflamatorias en actividad: úlcera péptica, artritis, osteoartrosis.

La presente información fue extraída del libro ‘Cómo vivir cien años’ del Dr. Rafael Velasco Terán, especialista en medicina anti-envejecimiento.







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