Informe Mundial
sobre el Envejecimiento y la Salud
OMS, 2015
Me parece ésta una adecuada descripción de lo que es la discriminación
por motivos de salud que hace la OMS en este informe y que creo que debemos de
leer con mucha atención y sobre todo socializar entre nuestros alumnos y la gente
de nuestro entorno. Cito en ella la
bibliografía del texto si alguien quiere profundizar en el tema.
La
discriminación por motivos de edad
La discriminación por motivos de edad abarca los estereotipos y la
discriminación contra personas o grupos de personas debido a su edad. Puede
tomar muchas formas, por ejemplo actitudes prejuiciosas, prácticas
discriminatorias o políticas y prácticas institucionales que perpetúan las
creencias estereotipadas (46).
Las actitudes discriminatorias por
motivos de edad se dan de forma generalizada en todas las sociedades, y no se limitan
a un grupo social o un grupo étnico. Algunas investigaciones indican que es
posible que la discriminación por
motivos de edad actualmente sea una forma más generalizada de discriminación
que el sexismo o el racismo (48,49). Esto tiene graves consecuencias tanto para las personas mayores
como para la sociedad en general. Puede ser un gran obstáculo para formular
buenas políticas, ya que limita las opciones. También puede tener efectos
graves en la calidad de la atención sanitaria y social que las personas mayores
reciben.
Los estereotipos negativos están tan
generalizados que incluso a quienes manifiestan públicamente las mejores intenciones
les puede resultar difícil abstenerse de actuar y expresarse en forma negativa.
Además, las actitudes discriminatorias por motivos de edad suelen verse como
humorísticas y, en cierto grado, basadas en la realidad, por lo que a menudo se
piensa equivocadamente que el humor contrarresta todo efecto negativo en la
persona mayor. Sin embargo, existen pruebas de que la discriminación por
motivos de edad provoca menores niveles de autonomía, menor productividad y
mayor estrés cardiovascular (50). Así pues, esos estereotipos pueden convertirse en realidad, lo
que refuerza la inacción y el deterioro que se produce al interiorizar esas
ideas. Las actitudes negativas también son muy comunes incluso en los centros
de salud y asistencia social, entornos donde los adultos mayores están en la
situación más vulnerable.
Algunos de estos prejuicios se basan en el deterioro biológico observable. Es
posible que este punto de partida
supuestamente objetivo para el estereotipo de la vejez esté distorsionado por
las ideas acerca de trastornos como la demencia, que a veces se consideran
erróneamente como expresiones del envejecimiento normal. Además, debido a que
se supone que la discriminación por motivos de edad está basada en estos presuntos
hechos fisiológicos y psicológicos, poco o nada se tienen en cuenta las
adaptaciones menos obvias hechas por las personas mayores para reducir al
mínimo los efectos de las pérdidas relacionadas con la edad, ni los aspectos
positivos del envejecimiento, el crecimiento personal que puede ocurrir durante
este período de la vida y las contribuciones realizadas por las personas
mayores.
La discriminación por motivos de edad
está arraigada en la sociedad y puede convertirse en realidad al promover en
las personas mayores los estereotipos del aislamiento social, el deterioro
físico y cognitivo, la falta de actividad física y la idea de que son una carga
económica (51).
Bibliografía citada en el texto original:
48. Levy B, Banaji M. Implicit ageism. In:
Nelson TD, editor. Ageism: stereotyping and prejudice against older persons.
Cambridge (MA): MIT Press; 2002:127–8.
49. Kite M, Wagner L. Attitudes toward older and younger adults. In: Nelson TD,
editor. Ageism: stereotyping and prejudice against older persons. Cambridge
(MA): MIT Press; 2002:129–61.
50. Levy B, Ashman O, Dror I. To be or not
to be: the effects of aging stereotypes on the will to live. Omega (Westport).
1999- 2000;40(3):409–20.doi: http://dx.doi.org/10.2190/Y2GE-BVYQ-NF0E-83VR
PMID: 12557880
51. Angus J, Reeve P. Ageism: a threat to “aging well” in the 21st century. J Appl Gerontol. 2006;25(2):137–52. doi: http://dx.doi.
org/10.1177/0733464805285745