miércoles, 24 de octubre de 2012

Algo más sobre el Dengue

La soja y el dengue


Un trabajo reciente del ingeniero agrónomo Alberto Lapolla vincula la epidemia de dengue con la sojización. Desde hace años se advierte una invasión de mosquitos de las especies Aedes y Culex en lugares del país y épocas del año inhabituales, como la pampa húmeda mucho más allá del verano. En 2008, la invasión se extendió hasta mayo, pese al descenso de la temperatura. Ya en 2007 y 2008 hubo casos de fiebre amarilla en Bolivia, Paraguay, Brasil y el Norte argentino, que entonces se adjudicaron a viajeros, porque es confortable pensar que el mal siempre viene de afuera. Con la epidemia de dengue de este año se hizo evidente que la invasión incluía al temible Aedes aegypti, vector de la fiebre amarilla y el dengue. El estudio de Lapolla señala la equivalencia del mapa de la invasión mosquitera con el de la República Unida de la Soja, según la definición de la multinacional Syngenta: Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, donde el poroto transgénico de Monsanto se fumiga con el herbicida glifosato, y sus compañeros de ruta, 2-4-D, Atrazina, Endosulfán, Paraquat, Diquat y Clorpirifós. Todos los venenos mencionados “matan peces y anfibios, sapos, ranas, escuerzos, etc., es decir los predadores naturales de los mosquitos, de los que se alimentan tanto en su estado larval como de adultos”. Esto se comprueba en “la casi desaparición de la población de anfibios en la pradera pampeana y en sus cursos de agua principales, ríos, arroyos, lagunas y bosques en galería, así como el elevado número de peces que aparecen muertos o con deformaciones físicas y graves afectaciones en su capacidad reproductiva”, como han informado reiterados estudios e investigaciones. A esto debe sumarse la deforestación en las áreas boscosas y de monte del Noreste y el Noroeste, que destruyó su equilibrio ambiental, “liquidando el refugio y hábitat natural de otros predadores de los mosquitos, lo cual permite el aumento descontrolado de su población”. Hace dos semanas visitó la Argentina la periodista francesa Marie-Monique Robin para la presentación de su libro El mundo según Monsanto, recién traducido al castellano. La ministra de Salud Graciela Ocaña la invitó a conversar, pero no pudo asistir a la cita porque fue llamada desde la presidencia por la irrupción de la epidemia de dengue. En su lugar, la audiencia se realizó con el secretario de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias, Licenciado Alberto Hernández. “Fue muy simpático y amable, pero no tenía la menor idea del tema. Al punto que me preguntó por qué había tantas fumigaciones”, fue el azorado comentario de la investigadora.

Bibliografía:

1.- Pagina 12. Domingo, 26 de abril de 2009

Verano del 96

Mi comentario:

Haciendo una revisión del Dengue, para la docencia que imparto, he encontrado este artículo que me parece muy importante compartir, para comprender la multidimensionalidad del problema que esta enfermedad infecciosa implica.

Al igual que muchos de los investigadores que nos han dado información acerca del Dengue, creíamos que la principal causa del rebrote del mismo era por el calentamiento global, porque, los datos científicos más recientes confirman que el clima de la Tierra está cambiando en forma muy rápida: las temperaturas globales aumentaron casi 1 grado Fahrenheit en el último siglo y probablemente aumenten con mayor rapidez en las próximas décadas, a causa de la presencia de una capa contaminante de dióxido de carbono, cada vez más densa, que proviene principalmente de las plantas generadoras de energía y los automóviles y que atrapa el calor en la atmósfera.

El cambio del patrón del clima como hemos leído, genera una serie de fenómenos que producen efectos perjudiciales en la salud humana, pero, este artículo, principalmente, nos viene a dar luces acerca de la multifactorialidad del rebrote del Dengue, una enfermedad reemergente (o sea, el resurgimiento de una enfermedad que había sido aparentemente erradicada o cuya incidencia había disminuido), constituyendo una enfermedad infecciosa conocida que, después de dejar de constituir un problema de salud pública, aparece nuevamente, cobrando proporciones epidémicas, especialmente en las zonas con alta proporción de lluvias, calor y como lo vimos anteriormente, donde los predadores naturales del mosquito están desapareciendo.

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