sábado, 20 de marzo de 2021

El ejercicio aumenta en 8 veces la supervivencia en pacientes con COVID

 


Cardiología - Estudio del equipo de Cardiología del Clínico San Carlo

El ejercicio aumenta en ocho veces la supervivencia en pacientes covid

Las personas que mantienen una actividad física regular tienen más probabilidades de sobrevivir a la covid-19 que aquellas que son sedentarias.

Redacción

Sáb, 20/03/2021 - 17:00

La covid-19 es otra enfermedad que puede prevenirse con el ejercicio físico, según se desprende de un nuevo estudio que ha visto una peor supervivencia por esta enfermedad entre las personas sedentarias.

Un equipo de cardiólogos del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos ha estudiado a pacientes hospitalizados por covid-19 para concluir que mantener una actividad física regular aumenta hasta en ocho veces las posibilidades de supervivencia en estos pacientes respecto de aquellos que llevan una vida sedentaria.

El trabajo se ha llevado a cabo en 520 pacientes, de entre 18 y 70 años de edad, hospitalizados con diagnóstico confirmado de covid-19 en este hospital durante la primera ola de la pandemia, entre el 15 de febrero y el 15 de abril de 2020.

A los pacientes, o a sus familiares más allegados, se les realizó una encuesta telefónica para evaluar el estado de su condición física conforme a la escala RAPA (Rapid Assessment of Physical Activity Scale) de la Universidad de Washington, que mide la intensidad aeróbica del ejercicio físico así como la fortaleza muscular y la flexibilidad entre otros parámetros.

Los pacientes fueron divididos en dos grupos: el de personas que llevaba una vida sedentaria (57,1%) y el de personas que realizaba ejercicio de manera regular dos días a la semana con una duración de al menos treinta minutos cada día (42,9%). El objetivo del estudio consistió en analizar retrospectivamente la influencia que el nivel de actividad física podría tener en la evolución de la enfermedad durante la infección por covid-19.

13,8% de mortalidad frente a 1,8%

Los resultados del estudio fueron concluyentes: el grupo que mantenía una actividad física constante, ligera o moderada, presentaba un riesgo de mortalidad del 1,8% frente al 13,8% del grupo con un estilo de vida sedentario; es decir, que las personas que hacen ejercicio regularmente tienen hasta ocho veces más probabilidades de supervivencia que las sedentarias.

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Hasta ahora “era conocido que mantener una actividad física de manera regular mejora los factores habituales de riesgo cardiovascular, pero ahora hemos podido comprobar en pacientes hospitalizados con covid-19 la trascendental influencia de la práctica de ejercicio físico en la supervivencia o mortalidad de estos pacientes”, afirma el cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos, y primer firmante del artículo, Ricardo Salgado.

Se viene recomendando “controlar los factores de riesgo y realizar ejercicio físico pero sin mucha evidencia científica; sin embargo, a partir de ahora realizar ejercicio físico de forma regular se convierte en un factor primordial ya que reduce ocho veces la posibilidad de fallecer por covid-19 cuando la persona precisa ingreso hospitalario”, advierte el director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Julián Pérez-Villacastín.

De los principales hallazgos de esta investigación destaca que entre el grupo de las personas con un estilo de vida sedentario, comparado con el grupo más activo, había un mayor porcentaje de fumadores (6,7% por 3,6%) y de obesos (23,6% por 16,1%) respectivamente. También se observó en las personas sedentarias una mayor tasa de insuficiencia respiratoria (53,9% por 35,9%), mayor insuficiencia renal (14,5% frente a 6,3%), de síndrome de respuesta inflamatoria y mayor estancia hospitalaria.

“Cuando se realizó un estudio estadístico para reconocer los factores realmente independientes se apreció que tanto una edad avanzada como el consumo de tabaco y la insuficiencia renal eran factores de riesgo independientes de mortalidad, como ya se había visto en estudios anteriores; pero, lo que realmente fue sorprendente y novedoso fue observar cómo el sedentarismo aparecía como un factor predictor independiente de mortalidad”, explica Salgado.

 

viernes, 12 de marzo de 2021

Suplementos de Vitamina D y riesgo de cáncer avanzado

Un estudio publicado en línea el 18 de noviembre de 2020 por JAMA Network Open proporciona alguna evidencia de que este podría ser el caso.

Entre más de 25,000 hombres y mujeres, aquellos que fueron asignados al azar para tomar 2,000 unidades internacionales (UI) de vitamina D cada día durante un promedio de 5.3 años tenían casi un 20% menos de probabilidades que aquellos que recibieron un placebo de tener un cáncer avanzado. definido aquí como aquel que hizo metástasis (se diseminó desde el sitio del tumor original) o resultó fatal.


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sábado, 6 de marzo de 2021

Tratamiento de la enfermedad respiratoria alérgica en la era de la COVID-19: informe de EUFOREA

 

Glenis K S, Peter W H, Claus B, et al.

World Allergy Organ J. 2020 May 16;100124. doi: 10.1016/j.waojou.2020.100124. Online ahead of print.

La infección aguda por el CoV-SARG-2 (de la COVID-19) y el inicio de la rinitis alérgica estacional comparten algunas manifestaciones clínicas que se pueden confundir, en especial en quienes presentan los síntomas por primera vez. La tos y la fiebre son los síntomas más notables de la COVID-19, mientras que la conjuntivitis y el picor lo son de la rinitis alérgica. La anosmia repentina y completa puede ser un signo inicial de la infección por CoV-SARG-2, por lo que diferenciará la COVID-19 de la rinitis alérgica. Los equipos de expertos de EUFOREA elaboran un resumen de recomendaciones para las personas con rinitis alérgica estacional.

Puesto que el 44 % de la transmisión de la COVID-19 se produce a partir de personas asintomáticas, es importante vigilar lo mejor posible la rinitis alérgica estacional para disminuir síntomas, tales como los estornudos, la rinorrea o la tos, que pueden ser los causantes de la propagación del virus mediante la formación de aerosoles por aquellos que no se dan cuenta de que también padecen COVID-19.

Los expertos recomiendan iniciar rápido el tratamiento de la rinitis alérgica estacional y aplicarlo con regularidad durante la temporada polínica. Se deben evitar los corticosteroides sistémicos porque inhiben el sistema inmunitario. No existe ninguna contraindicación para el uso de corticosteroides intranasales, ya que no disminuyen la inmunidad y normalizan la estructura y función de la mucosa nasal. Los inhaladores para el asma deben seguir utilizándose como hasta entonces y administrarse de manera regular para mantener la estabilidad durante la temporada polínica. Los corticosteroides inhalados y las combinaciones de estos con broncodilatadores, agonistas β de acción larga, protegen frente a las crisis asmáticas producidas por virus y pueden tener un efecto beneficioso en la COVID-19. Asimismo, los pacientes con asma más grave o rinosinusitis crónica grave con pólipos nasales deben seguir tratándose con biofármacos para evitar el agravamiento de esas enfermedades. Si es factible para el sistema sanitario, se debe continuar la inmunoterapia específica con alérgeno (AIT, por sus siglas en inglés) en curso, siempre y cuando no se haya diagnosticado una infección por CoV-SARG-2 (COVID-19). No se recomiendan nuevos tratamientos con AIT, excepto la inmunoterapia sublingual, que solo requiere administrarse con supervisión.

En caso de infección por CoV-SARG-2, los pacientes asmáticos con exacerbaciones graves causadas por virus podrían necesitar corticosteroides orales. Los AINE, cuyo uso se sugirió evitar en todos los pacientes posibles, son vitales en casos de asma sensible a AINE.