En relación al siguiente artículo y lo complejo de las desiciones terapeúticas que tenemos que tomar día a día con nuestros pacientes, sumado a ello la gran influencia de la información médica no correctamente ética y la infuencia de las casas médicas y de los visitadores médicos, los invito a leer la siguiente cita y luego el artículo mencionado.
“ Si los médicos pudieran leer dos artículos por día de los seis millones de artículos médicos publicados anualmente, en un año, se quedaría atrasados todavía doscientos años en su lectura “
Miser WF, Critical Apprisal of the Literature, J Am Bord Fam Pract. 12 (4); 315-333.1999.
Los fármacos para bajar la presión llamados inhibidores de la ECA que penetran la barrera sangre-cerebro reducirían el riesgo de demencia, según sugirió un nuevo estudio.
En cambio, los inhibidores de la ECA que no pasan esa barrera elevarían ese riesgo, comparado con otros antihipertensivos.
La barrera sangre-cerebro es un mecanismo protector que impide que distintos tipos de patógenos ingresen al cerebro. Esto a menudo evita que los agentes infecciosos ingresen al cerebro, pero también que pasen los fármacos.
Estudios previos que habían comparado las propiedades "neuroprotectoras" de distintos fármacos para la presión obtuvieron resultados contradictorios, señaló el equipo de la doctora Kaycee M. Sink, del Centro Médico de la Wake Forest University, en Winston-Salem, Carolina del Norte.
Para investigarlo mejor, los autores evaluaron a 1.054 hombres y mujeres mayores, que tomaban antihipertensivos. A todos se les hicieron estudios cerebrales por imágenes entre 1991 y 1994. Se excluyó a los participantes con evidencias de demencia o insuficiencia cardíaca.
Según el artículo publicado en Archives of Internal Medicine, 414 participantes usaron inhibidores de la ECA, incluidos 224 que únicamente tomaron los fármacos que cruzan la barrera sangre-cerebro (captopril, fosinopril, lisinopril, perindopril, ramipril o trandolapril).
Asimismo, 138 participantes usaron sólo medicinas que no atraviesan esa barrera (benazepril, enalapril, moexipril o quinapril). Cuarenta y cinco participantes tomaron ambos tipos de inhibidores de la ECA en distintos momentos; el resto usó otros antihipertensivos.
Durante los seis años de seguimiento, la exposición general a los inhibidores de la ECA no fue significativamente distinta a la de otros antihipertensivos en cuanto a la reducción del riesgo de demencia.
No obstante, tres años de uso de inhibidores de la ECA que no cruzan la barrera sangre-cerebro estuvo asociado con un 73 por ciento más riesgo de desarrollar demencia y un 56 por ciento más riesgo de discapacidad para las actividades diarias, como vestirse o ducharse.
En cambio, el uso de los inhibidores de la ECA que cruzan la barrera sangre-cerebro estuvo asociado con un 65 por ciento menos riesgo de deterioro cognitivo por año de uso.
"Cualitativamente, la dirección de los resultados de todos los estudios favorecieron a los inhibidores de la ECA que atraviesan la barrera sangre-cerebro", escribió el equipo.
Los autores opinaron que se necesitan estudios controlados y al azar para confirmarlo.
La barrera sangre-cerebro es un mecanismo protector que impide que distintos tipos de patógenos ingresen al cerebro. Esto a menudo evita que los agentes infecciosos ingresen al cerebro, pero también que pasen los fármacos.
Estudios previos que habían comparado las propiedades "neuroprotectoras" de distintos fármacos para la presión obtuvieron resultados contradictorios, señaló el equipo de la doctora Kaycee M. Sink, del Centro Médico de la Wake Forest University, en Winston-Salem, Carolina del Norte.
Para investigarlo mejor, los autores evaluaron a 1.054 hombres y mujeres mayores, que tomaban antihipertensivos. A todos se les hicieron estudios cerebrales por imágenes entre 1991 y 1994. Se excluyó a los participantes con evidencias de demencia o insuficiencia cardíaca.
Según el artículo publicado en Archives of Internal Medicine, 414 participantes usaron inhibidores de la ECA, incluidos 224 que únicamente tomaron los fármacos que cruzan la barrera sangre-cerebro (captopril, fosinopril, lisinopril, perindopril, ramipril o trandolapril).
Asimismo, 138 participantes usaron sólo medicinas que no atraviesan esa barrera (benazepril, enalapril, moexipril o quinapril). Cuarenta y cinco participantes tomaron ambos tipos de inhibidores de la ECA en distintos momentos; el resto usó otros antihipertensivos.
Durante los seis años de seguimiento, la exposición general a los inhibidores de la ECA no fue significativamente distinta a la de otros antihipertensivos en cuanto a la reducción del riesgo de demencia.
No obstante, tres años de uso de inhibidores de la ECA que no cruzan la barrera sangre-cerebro estuvo asociado con un 73 por ciento más riesgo de desarrollar demencia y un 56 por ciento más riesgo de discapacidad para las actividades diarias, como vestirse o ducharse.
En cambio, el uso de los inhibidores de la ECA que cruzan la barrera sangre-cerebro estuvo asociado con un 65 por ciento menos riesgo de deterioro cognitivo por año de uso.
"Cualitativamente, la dirección de los resultados de todos los estudios favorecieron a los inhibidores de la ECA que atraviesan la barrera sangre-cerebro", escribió el equipo.
Los autores opinaron que se necesitan estudios controlados y al azar para confirmarlo.
FUENTE: Archives of Internal Medicine, 13 de julio del 2009Reuters Health
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