18 de febrero de 2022
Por
Elda Cantú Senior News
Editor, Latin America |
Cada vez estamos más
cansados y, en parte, esto se debe a que cada vez trabajamos más. |
En Estados Unidos, un
estudio de Harvard reveló que al principio de los confinamientos pandémicos
la jornada laboral aumentó en promedio 8,2 por ciento. Es una transformación
muy ligada al trabajo remoto que, tras la apariencia de flexibilidad y
conveniencia, escribe Elizabeth Spiers en Opinión, beneficia más a los empleadores:
nuestra casa ha dejado de ser un hogar y se ha convertido en oficina,
escuela, guardería y a veces hasta en hospital. |
Sin embargo, como observa
Spiers, “los empleadores que se preocupan por sus trabajadores deberían ser
conscientes de que la falta de límites es un factor que contribuye en gran
medida al desgaste profesional”. |
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Ese agotamiento laboral,
también llamado burnout, tiene
efectos que superan al cansancio crónico y los especialistas aconsejan identificar sus síntomas a tiempo.
Nuestros cuerpos “no fueron diseñados para el tipo de estresores que
enfrentamos hoy”, dijo Christina Maslach, psicóloga social en la Universidad
de California, Berkeley, especialista en desgaste laboral. |
De hecho, esta semana leía
un artículo que describía esa sensación de cansancio y apatía que afecta
todas las áreas de nuestra vida y que, con razón, parece habernos envejecido prematuramente. |
Pero ¿qué podemos hacer?
¿Resistir o renunciar? |
En Estados Unidos 4,5
millones de trabajadores presentaron su renuncia en noviembre. Se calcula que
en la segunda mitad de 2021, en plena pandemia, 25 millones de empleados
abandonaron el trabajo, en un fenómeno masivo que en español se ha bautizado
como la Gran Dimisión o Gran Renuncia. |
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“Esenciales o no
esenciales, a distancia o en persona, a casi nadie que conozco le gusta mucho
el trabajo en este momento”,
escribía esta semana Noreen Malone en un largo ensayo con el que vale la pena sentarse a
reflexionar. “La principal emoción que suscita un
empleo ahora mismo es la determinación de aguantar: si logramos superar los próximos meses, quizá las
cosas mejoren”. |
Esa perseverancia o aguante
puede resultarte familiar: dadas las circunstancias del empleo en América
Latina, algunos podemos pensar que resulta absurdo que tantas personas dejen
de trabajar voluntariamente en plena crisis económica. |
Sin embargo, el texto
explora una idea provocadora: que estamos en una época de profundos cambios
laborales informados por una actitud que Malone llama antiambición: un rechazo a las
condiciones de trabajo actual y al empleo como un modo de realización vital.
¿También sufres el desgaste laboral? ¿Te replanteas tus objetivos
profesionales? Participa en la conversación. |
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