Cómo en las
últimas publicaciones, el día de hoy quiero recomendarles leer este artículo,
reciente, sobre Embolia Pulmonar de
la Sociedad Española de Cardiología, el cual es una Guía de Práctica Clínica
muy completa y que fue publicada en la Revista de las misma sociedad y que la
pueden encontrar en la Rev Esp Cardiol.
2015;68(1):64.e1–e45.
Este es un blog desde la ciudad de Antigua Guatemala en Guatemala, Centro América, orientado a la Medicina Interna, Gerontología, Geriatría y Medicina Preventiva y con algunas reflexiones sobre la vida que creo puedan ser relevantes.
martes, 26 de mayo de 2015
miércoles, 20 de mayo de 2015
Acerca de la deficiencia de magnesio
Les recomiendo leer este interesante artículo acerca del Magnesio, uno de los elementos olvidados y que merece más atención de parte de nosotros
Magnesium Deficiency: The Real Emperor of All Maladies? Medscape. May 11, 2015.
Magnesium Deficiency: The Real Emperor of All Maladies? Medscape. May 11, 2015.
viernes, 15 de mayo de 2015
Efectos de las estatinas en ancianos con hipertrofia prostática benigna y con Síndrome Metabólico
Efectos de las
estatinas en ancianos con hipertrofia prostática benigna y con Síndrome Metabólico
Este es un estudio muy interesante acerca de los efectos pleiotrópicos
de las estatinas.
Se documenta que con estatinas se reduce el volumen prostático
en paciente con SM, mejorando los síntomas urinarios y retrasando la progresión de
la HPB, posiblemente por disminución del colesterol y marcadores
antiinflamatorios.
Bibliografía:
Zhang X,
Zeng X, Dong L, Zhao X, Qu X. The
effects of statins on bening prostatic hyperplasia in elderly patients with
metabolic syndrome. World J Uro.l 2015 Apr 8.
jueves, 7 de mayo de 2015
Andar mejor que corer
A todos mis amigos les quiero compartir este interesante artículo, publicado por la Fundación Española del Corazón, que servirá para cambiar paradigmas acerca del ejercicio.
Andar, mejor que correr
¿Sabías que los beneficios del llamado power walking superan con creces los de correr? Te contamos los efectos en tu organismo y cómo practicarlo correctamente.
Mucho antes de que los modernos le pusieran el muy rimbombante y anglófono nombre de power walking, el ex presidente ruso y Nobel de la Paz Mijaíl Gorbachov y su esposa Raisa ya eran, a finales de la década de los 80 del siglo pasado, unos acérrimos defensores de esta actividad que consiste, básicamente, en andar de forma enérgica.
Ni más ni menos. Porque el power walking (o smart walking), que en los últimos tiempos ha ganado multitud de adeptos, no es más que caminar a buen ritmo. Pero, ojo, no vale hacerlo de cualquier forma. Víctor Gadea, entrenador personal, asegura que el power walking es más que un simple paseo. "Hay que caminar a un ritmo adecuado para quemar las mismas calorías que corriendo. Y siempre que controlemos sus tres puntos fundamentales, frecuencia, tiempo y ritmo, es un ejercicio seguro y efectivo".
Para Gadea, la frecuencia ideal para practicarlo es de tres a cuatro veces por semana. El tiempo de cada sesión debe rondar incialmente los 40-45 minutos. Y en los primeros entrenamientos el ritmo debería rondar el 60 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima. "Un ritmo ágil, pero cómodo -explica Gadea-, que debe tener siempre en cuenta la forma física con la que parte el que lo practica".
El power walking es ideal para esas personas que tienen poco tiempo, no les gusta correr, no están en buena forma física o no les gusta ejercitarse en lugares cerrados como los gimnasios. Y sus beneficios saltan a la vista. Disminuye la tensión arterial y los niveles de colesterol, lo que evita problemas cardíacos. Mejora el sistema inmunitario. Previene la diabetes y ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre. Tonifica una gran cantidad de músculos, sobre todo las pantorrillas, los muslos y los glúteos. Ayuda a quemar calorías y a mantener activo el metabolismo. Y, aparte de todo eso, desestresa, relaja y ayuda a que nuestro humor mejore.
Y eso sin que haga falta correr. Así lo indica un revelador estudio publicado hace unas semanas en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology. Según esta publicación, cuando se emplea similar gasto de energía, correr reduce el riesgo de hipertensión en un 4,2% y caminar en un 7,2%. En cuanto al riesgo de colesterol alto, correr supone una reducción de ese riesgo en un 4,3% y caminar en un 7%. En cuanto a las enfermedades cardiacas, correr reduce el riesgo en un 4,5% y caminar en un 9,3%. Es decir, en todos los casos andar es mucho más beneficioso que correr. Y, además, produce menos desgaste y riesgo de lesiones.
Visto así, todo son ventajas. Pero mal realizado, el power walking también tiene algunos riesgos, fácilmente evitables con los consejos que siguen.
1. La cabeza, siempre erguida. Nada de caminar mirando a la puntera de las zapatillas. La vista debe
fijarse, al menos, 20 metros por delante.
2. Mueva los hombros de una forma natural, libre. La postura para caminar no debe ser rígida, pero es vital que la espalda esté recta y los hombros, relajados.
3. Balancee los brazos de forma natural. Los brazos deben balancearse de forma rítmica y alternativa, adecuándose a la zancada. Deben doblarse por el codo con un ángulo aproximado de 90 grados.
4. Respire con fluidez. Al caminar, respire profunda y rítmicamente para oxigenar mejor el organismo.
5. Mantenga la barbilla paralela al suelo. La cabeza tampoco debe estar echada hacia atrás. Lo ideal es llevar la barbilla paralela al suelo.
6. Apriete suavemente los glúteos y el estómago. Si ejerce una ligera presión sobre los abdominales y los glúteos fortalecerá más esas zonas.
7. Coloque la pelvis por debajo del torso. De esa manera caminará más erquido, y no cometa el error de dar zacadas muy largas.
8. Los pies deben ir paralelos uno con el otro. Para que el ejercicio sea efectivo y más descansado, los pies deben mantenerse a la misma distancia que el ancho de los hombros. Use calzado deprtivo ligero y, a la vez, resistente.
Artículo publicado por Alberto E. Parra en el número 112 de la revista Salud y Corazón.
Andar, mejor que correr
¿Sabías que los beneficios del llamado power walking superan con creces los de correr? Te contamos los efectos en tu organismo y cómo practicarlo correctamente.
Mucho antes de que los modernos le pusieran el muy rimbombante y anglófono nombre de power walking, el ex presidente ruso y Nobel de la Paz Mijaíl Gorbachov y su esposa Raisa ya eran, a finales de la década de los 80 del siglo pasado, unos acérrimos defensores de esta actividad que consiste, básicamente, en andar de forma enérgica.
Ni más ni menos. Porque el power walking (o smart walking), que en los últimos tiempos ha ganado multitud de adeptos, no es más que caminar a buen ritmo. Pero, ojo, no vale hacerlo de cualquier forma. Víctor Gadea, entrenador personal, asegura que el power walking es más que un simple paseo. "Hay que caminar a un ritmo adecuado para quemar las mismas calorías que corriendo. Y siempre que controlemos sus tres puntos fundamentales, frecuencia, tiempo y ritmo, es un ejercicio seguro y efectivo".
Para Gadea, la frecuencia ideal para practicarlo es de tres a cuatro veces por semana. El tiempo de cada sesión debe rondar incialmente los 40-45 minutos. Y en los primeros entrenamientos el ritmo debería rondar el 60 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima. "Un ritmo ágil, pero cómodo -explica Gadea-, que debe tener siempre en cuenta la forma física con la que parte el que lo practica".
El power walking es ideal para esas personas que tienen poco tiempo, no les gusta correr, no están en buena forma física o no les gusta ejercitarse en lugares cerrados como los gimnasios. Y sus beneficios saltan a la vista. Disminuye la tensión arterial y los niveles de colesterol, lo que evita problemas cardíacos. Mejora el sistema inmunitario. Previene la diabetes y ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre. Tonifica una gran cantidad de músculos, sobre todo las pantorrillas, los muslos y los glúteos. Ayuda a quemar calorías y a mantener activo el metabolismo. Y, aparte de todo eso, desestresa, relaja y ayuda a que nuestro humor mejore.
Y eso sin que haga falta correr. Así lo indica un revelador estudio publicado hace unas semanas en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology. Según esta publicación, cuando se emplea similar gasto de energía, correr reduce el riesgo de hipertensión en un 4,2% y caminar en un 7,2%. En cuanto al riesgo de colesterol alto, correr supone una reducción de ese riesgo en un 4,3% y caminar en un 7%. En cuanto a las enfermedades cardiacas, correr reduce el riesgo en un 4,5% y caminar en un 9,3%. Es decir, en todos los casos andar es mucho más beneficioso que correr. Y, además, produce menos desgaste y riesgo de lesiones.
Visto así, todo son ventajas. Pero mal realizado, el power walking también tiene algunos riesgos, fácilmente evitables con los consejos que siguen.
1. La cabeza, siempre erguida. Nada de caminar mirando a la puntera de las zapatillas. La vista debe
fijarse, al menos, 20 metros por delante.
2. Mueva los hombros de una forma natural, libre. La postura para caminar no debe ser rígida, pero es vital que la espalda esté recta y los hombros, relajados.
3. Balancee los brazos de forma natural. Los brazos deben balancearse de forma rítmica y alternativa, adecuándose a la zancada. Deben doblarse por el codo con un ángulo aproximado de 90 grados.
4. Respire con fluidez. Al caminar, respire profunda y rítmicamente para oxigenar mejor el organismo.
5. Mantenga la barbilla paralela al suelo. La cabeza tampoco debe estar echada hacia atrás. Lo ideal es llevar la barbilla paralela al suelo.
6. Apriete suavemente los glúteos y el estómago. Si ejerce una ligera presión sobre los abdominales y los glúteos fortalecerá más esas zonas.
7. Coloque la pelvis por debajo del torso. De esa manera caminará más erquido, y no cometa el error de dar zacadas muy largas.
8. Los pies deben ir paralelos uno con el otro. Para que el ejercicio sea efectivo y más descansado, los pies deben mantenerse a la misma distancia que el ancho de los hombros. Use calzado deprtivo ligero y, a la vez, resistente.
Artículo publicado por Alberto E. Parra en el número 112 de la revista Salud y Corazón.
lunes, 4 de mayo de 2015
Hipoglucemias en el Adulto Mayor
Les recomiendo este artículo sobre hipoglucemias en el Adulto Mayor.
https://docs.google.com/file/d/0B2sV2t1mb0gBRXJsQzlRMVNJTDg/edit
https://docs.google.com/file/d/0B2sV2t1mb0gBRXJsQzlRMVNJTDg/edit
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